jueves, 11 de febrero de 2016

Siesta en el laburo

El ventilador gira
como bailarina automatizada
y en llamas.

Los objetos
afiebrados, 
ablandados,
putean al 
split que cruzado de brazos, 
los mira con desprecio,
dolarizado
con el corazón congelado.

Abajo,
chorreamos
chorreamos piel
la tela de la camisa pegoteada
se rinde
y transluce
movimientos de cera.

De repente, 
el balde cuarteado
debajo del acondicionado
recibe unas gotas,
la manguera
escupe sangre,
un escobazo letal
libertario
lo ha herido de muerte.

Abajo, los curtidos
nos aflojamos la corbata
y destapamos una fresca 
a la salud de la bailarina de tres paletas
que sigue
en llamas, frenética, leal,
cual sucia fénix de barrio.



  



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