Ahora
deambula
entre las
costuras
del viento.
A veces
su voz
casi
aparece
entreverada
en el silencio,
entre
los recuerdos
blandos:
como mirar
las nubes
cuando
se destartalan
y baja ese olvido
de agua aplazada.
O en los sitios que
ya no lo esperan:
el asiento
del trole
última hilera
ventanilla;
la bicicleta
fofa
engordando
contra la pared;
su mesa
en el café Moustache;
o la presión
de sus dedos
en el hombro.
en las criaturas
ya translucen.
Como
debe ser.
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